En confitería, bollería y panadería es dónde más se emplea el azúcar invertido.
Ideal para aumentar la fermentación de las masas, panadería y bollería, así como la retención de humedad evitando que se resequen muy pronto y sigan tiernos durante más tiempo, consiguiendo un sabor dulce sin el añadido de tanto azúcar, así como también se emplea para dar brillo a la superficie de alguno tipo de bollos.
Es frecuente su uso también en heladería, pues evita que se cristalice, disminuyendo el punto de congelación para preparar el helado, con lo que se consigue que sea más fácil darle forma y resulte mucho más suave.
Añadiendo el azúcar invertido vamos a conseguir que nuestros helados preparados en casa, incluso sin heladera, sean mucho más tiernos.
Las proporciones a utilizar serían las siguientes, en panadería es conveniente sustituir un 50%, la cantidad de azúcar de la receta por el azúcar invertido.
En heladería se recomienda un 25% y en nuestros bizcochos aproximadamente entre un 10% y un 20%.