Hoy os traigo una antigua
receta italiana a base de berenjenas, que descubrí en el deleitoso blog “Contacto con lo Divino", blog fantástico que debes visitar si o si.
Es
muy sencilla, aunque hay que ser pacientes porque lleva su tiempo de
preparación.
Ingredientes: 1 kg de berenjenas,
1/4 de taza de té de sal gruesa, 3
dientes de ajo, 1 cucharada de las té de orégano, 1 cucharada de las té de
pimentón dulce, la punta de una cucharada de té de pimentón picante, 2 hojas de
laurel, 500 ml de vinagre de manzana, aceite de oliva extra virgen suave, perejil
fresco.
Elaboración: Lavar y pelar las berenjenas.
Cortarlas en rodajas no muy
gruesas y luego en bastones largos.
Disponerlas en un colador
grande, colocando una capa de bastones. Agregar sal gruesa, cuidando
que esta toque cada uno de ellos.
Repetir la operación tantas
veces como sea necesario.
Colocar un bol por debajo,
para que vaya recibiendo toda el agua que irán soltando los bastones.
Tapar con un lienzo y poner algo pesado sobre él para que
presione a los bastones y ayude a escurrir el líquido.
Dejamos reposando 24
horas.
Al día siguiente, nuestras
berenjenas se habrán reducido a la mitad, quedando en el bol toda el agua que
fueron perdiendo, (la mayoría de sal se
irá con el agua y el resto se disolverá en el vinagre que luego agregaremos).
Comprimir bien con las manos
para sacarle todo el líquido restante y colocarlas unos minutos en medio de dos
papeles de cocina, para que éstos
terminen de absorber la humedad.
Colocarlas en un frasco de vidrio limpio y seco, agregarle
vinagre de manzana hasta cubrirlas,
dejándolas reposar por espacio de 24 horas.
Retirar todo el vinagre de las
berenjenas. Y volver a comprimir con
fuerza hasta retirarle todo el exceso.
Preparar el adobo mezclando el
ajo finamente picado, el orégano, el pimentón dulce y el picante, junto con un
chorro generoso de aceite de oliva extra virgen.
El perejil lo pondremos al
momento de servirlas, ya que fermenta con facilidad y no debemos tenerlo en la
preparación tanto tiempo.
Agregar el adobo, mezclando
bien para distribuirlo en forma uniforme.
Una vez tengamos esterilizado,
limpio y seco un tarro de cristal, colocar las berenjenas en su interior con un
par de hojas de laurel.
Finalmente agregar aceite de
oliva extra virgen hasta cubrir las berenjenas.
Si quedan algunas burbujas
de aire, golpear suavemente el frasco o remover la preparación con un tenedor
para quitarlas, tapar el tarro.
Una semana después todos los
sabores se habrán amalgamado y disminuido notablemente la agresividad del
vinagre.
Y cuantos más días pasen más buenas están.
Nota: Si has seguido todas las normas básicas de higiene y esterilización, estas berenjenas en conserva pueden durar unos meses con el tarro bien cerrado.
El perejil fresco picado lo
pondremos al momento de servirlas, ya que fermenta con facilidad y no debemos
tenerlo en la preparación tanto tiempo.
¡Con el montón de berenjenas que ha dado la huerta de mi padre esta receta me habría venido de lujo hace unas semanas! Ahora sólo me queda entre uno y dos kilos que voy a invertir en hacer la última mousakka de la temporada, pero el verano que viene la pruebo seguro
ResponderEliminar¡Besos mil!
Cuca, yo no esperaría al año que viene!!! Jejeje.
EliminarNo te imaginas lo ricas que están!!! Si ya no te quedan berenjenas dela huerta de tu padre, compra un kilito en la frutería y hazlas así, verás que delicia...
Un saludo
Pues con lo que me gustan las berenjenas sin duda debo intentar de hacerlas, se que me gustarán mucho, me guardo la receta,besos
ResponderEliminarMe he guardado la receta, porque en época de berenjenas a veces me desbordo y esta me parece una salida grandiosa, una conserva no grasienta y menos exigente que las de almagro, que sólo se pueden usar las berenjenas de tamaño pequeño :)
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