Los Gormiti eran un pueblo pacífico que habitaba en la isla de Gorm desde tiempos inmemorables.
Vivían en armonía bajo la guía del viejo sabio de la cultura Gormita, experto en los secretos de la magia.
El pueblo estaba situado a los pies del monte de fuego, un volcán al que todos temían pero que hasta entonces nunca había dado signos de estar despierto.
Pero un día, hubo una gran explosión que rompió el silencio… El monte de fuego demostró a los habitantes del lugar la fuerza que guardaba en su interior.
Tras la explosión, empezaron a aparecer unas criaturas extrañas, nacidas y moldeadas por la lava abrasadora.
Surgidas de las entrañas de la tierra, según el deseo del Señor del Mal, y originadas por la gran masa de energía de nuestro planeta, la lava, las criaturas se impusieron, atrapando y matando a todos los habitantes de Gorm.
Su señor solo podía sobrevivir mediante las almas de los pobres Gormitis.
La antigua profecía se había cumplido...