PLATOS DE CUARESMA

Tarta de Limón

Si te gustan los postres con un toque ácido te recomiendo preparar esta bonita y deliciosa tarta, en la que el protagonista indiscutible es un ingrediente fundamental de nuestra gastronomía, presente en muchas recetas tradicionales y también protagonista en infinidad de recetas de repostería siendo uno de los aromatizantes más utilizados, tanto en su jugo como su piel.

Esta tarta de limón, nata y yogur es muy fácil de preparar y no necesita horno, siendo ideal para cualquier ocasión y perfecta para elaborar y disfrutar en los meses más calurosos.

El resultado será un sabor potente a limón, refrescante y con una textura cremosa muy agradable.



Ingredientes: (Para unas 10 raciones)

150 g de galletas Napolitanas (o las que más te gusten), 75 g de mantequilla fundida, 5 ml de anís dulce, 200 ml de zumo de limón, 180 g de azúcar, 5 g gelatina en láminas, 120 g yogur griego, 350 g de nata líquida para montar, 60 g azúcar glas.

 




Elaboración: Triturar finamente las galletas y las mezclarlas con la mantequilla, previamente fundida, y con  el anís.

Cuando tengamos una masa homogénea, cubrir con ella la base de un molde desmoldable forrado con papel vegetal.

Forrar tambien los laterales. Reservar.

Poner las hojas de gelatina en remojo en un cuenco con abundante agua fría, durante cinco minutos.

Calentar el zumo de limón y el azúcar en un cacito. Cuando el azúcar se disuelva, retirarlo del fuego y añadir la gelatina hidratada y escurrida. Incorporar y remover.

Añadir el yogur griego y remover hasta mezclar bien.

Trasladar la mezcla a un cuenco para que se atempere más rápido.

Mientras tanto montar la nata muy fría, junto con el azúcar glas con unas varillas eléctricas.

Cuando la nata esté montada y la mezcla de limón se haya atemperado, unir ambas.

Para evitar un cambio de temperatura brusco y que salgan grumos de gelatina, añadir un par de cucharadas de nata montada al cuenco con el zumo de limón. Remover para integrar y repetir la operación.

A continuación incorporar el contenido del cuenco con el limón, al cuenco con la nata montada. Hacerlo poco a poco, removiendo bien después de cada añadido con movimientos envolventes para evitar que la nata pierda volumen.

Rellenar el molde con la mezcla obtenida y reservar en el frigorífico hasta que tome cuerpo.



Lo ideal es dejar reposar la tarta de un día 
para otro.

Cuando esté lista para servir, desmoldar sobre un bonito plato y decorar al gusto.

3 comentarios:

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