PLATOS DE CUARESMA

Tostas Ilde con Pimiento Confitado

Hoy vamos a comenzar el año poniéndole una sonrisa a esta receta de la mano de un buen amigo, "Ilde Perez". Es una persona que siempre transmite buen rollo y derrocha simpatía. 
Os dejo con una divertida historia suya, que va de pimientos rojos, buena voluntad y mucha maldad en su destino, jejeje... No pierdas detalle, te vas a reír seguro.

Las cosas que le pasan a Ilde Pérez:

Todo esto empezó el día que entregaron las notas. 
En el rato de tertulia que tuvimos después en la cafetería y donde cada uno aportó algo de picoteo, una compañera del curso, se presentó con unos panecillos con algo rojo encima, que a posteriori me enteré que era pimiento rojo confitado.
Estaba el confitado este colocado en unos panecillos untados con queso crema. Me gustó el contraste de sabores que tenía aquello.




Pues bien, en días posteriores se pasaba la receta por el whatsapp y estando próxima una cena familiar, me dije a mí mismo, ¿…y por qué no hago esto? Dicho y hecho, ni corto ni perezoso me fui a comprar los ingredientes necesarios para ello.

Aquí ya, la cosa empezó a torcerse, cuando compré pimientos ya asados con sus ajillos y todo.
Por suerte y gracias al whatsapp, expuse la duda de si eran esos pimientos o no. Y rápidamente, varias de las compañeras del curso, que ya habían preparado la receta, me sacaron de dudas sobre lo que debía comprar, animándome, con comentarios del tipo….
¿Pero serás bruto, donde  vas con los pimientos asados?…Parece que no has comprado nunca, …"So despistao", los pimientos son naturales… Y algunos más de este tipo.

Reconfortado por el apoyo moral recibido, cambié los pimientos y me dispuse a realizar la receta para la reunión familiar, aprovechando que estaba solo en casa, ya que mi mujer andaba con sus hermanas preparando la cena.
Yo pensaba en la sorpresa que les daría a todos cuando me presentase con mi plato. 




¡Pobre iluso! No sabía la tragedia que se cernía sobre mí.
Puse el cazo al fuego con los ingredientes necesarios y me dispuse a esperar, removiendo regularmente, como me habían indicado amablemente las compañeras. 
Al rato aquello empezó a tomar consistencia gelatinosa, lo pruebo y me pareció que estaba en su punto. Lo dejé enfriar un poco y me dispuse a apartar la perola del fuego cuando el destino empezó a hacer de las suyas. 
Al girarme para soltar la olla en la piedra de la cocina, la mascota que tenemos en casa (capricho de mi señora y mis niños) una yorkshire enana de pelo largo, que andaba enredando por mis pies, hizo que se me volcara la olla encima de ella. El animal, al sentir aquello caliente y espeso que le caía encima apretó a correr como alma que lleva el diablo perdiéndose de mi vista en un segundo.

Solté la perola y salí detrás de ella para asegurarme de que estaba bien, con tan mala suerte que pisé la capa de pimiento que había quedado por el suelo, resbalé y como pude me agarré a lo primero que me vino a la mano, la estantería llena con todo el juego de chismes de barro, para los ajos, harina, azúcar, sal, tazas y demás parafernalia cocinera que se suele poner en esos sitios. No aguanto la estantería el tirón y se vino al suelo con un estruendo de mil demonios.

El perro, que volvía en ese momento, convencido ya, de que lo que le había caído encima no era dañino, se encontró de pronto con aquel ruido y conmigo maldiciendo a grito pelado, a todo lo terrenal y parte de lo divino, pensó que más le valía poner distancia y volvió a salir disparado.
Me levanté del suelo, pringado y lleno de cascotes y me dispuse a buscar al animal, por ver si había resultado dañado en el desbarajuste. 

Una hora larga buscando al jod…. chucho. No aparecía por parte alguna, hasta que vi que las cortinas del comedor se movían ligeramente.
El pobre animal se había escondido detrás de ellas, pero lo malo no fue esto, sino que como iba pringado de arriba abajo con la confitura de pimiento, se había quedado pegado a las cortinas igual que una piruleta.

Las cosas estaban empezando a complicarse un poco ya…. Entonces en un alarde de inconsciencia total, me dije, no pasa nada, bajo las cortinas, las pongo a lavar, mientras baño al perro, luego recojo la cocina y aquí no ha “pasao ná”……Pero el destino no había acabado conmigo esa tarde y todavía me aguardaban un par de cosas.

Descuelgo las cortinas y las pongo a lavar, mientras meto al perro en la ducha y ….resulta que tiene todo el pelo caramelizado y aquello no sale de forma alguna. Remedio, pensé yo, le voy cortando un poquito el pelo para sacar los pegotes. Al final el pobre  animal pasó de tener un pelo lustroso, a tener aspecto de gremlim a medio pelar.

Estando en esto, empiezo a oler a algodón de azúcar requemado….¡la olla! ...con las carreras en vez de soltarla en la piedra, la dejé sobre el fuego y está humeando a más no poder.
Como pude la aparté medio asfixiado y abrí la ventana para dejar salir el humo que lo impregnaba todo.
Recogí el estropicio de la cocina, tiré la olla a la basura y me dispuse a colgar las cortinas…..nuevo susto, la lavadora, no yo, la lavadora, había decidido que aquello había que lavarlo a 80º de temperatura más o menos y ahora tengo unas cortinas que les falta medio metro para llegar al suelo, tengo la esperanza que con el tiempo y la fuerza de la gravedad vuelvan a su sitio.

Resumiendo, que hace ya tres días de esto y el suelo de la cocina sigue pegajoso a más no poder. Y ayer, al mirar al techo descubro que tiene trocitos de pimiento rojo pegados, ¿cómo narices ha llegado el pimiento allí?

Cuando mi mujer vio todo esto, yo empecé un tímido conato de excusa diciendo … yo pensé en cocinar algo para la cena… Y ¿Sabéis lo que me dijo ella? “…Cariño, tú no pienses, es mejor…”

Total que me ha dado orden de extrañamiento de la cocina por tiempo indefinido, y ahora por las mañanas, mi niño de nueve años me calienta la leche en el microondas para el desayuno.

Jejeje... Las cosas que le pasan a Ilde Pérez.

Ahora si, aquí os dejo mi receta de pimientos caramelizados, porque la de Ilde no la pude conseguir, jejeje.
Que quede claro, sobre todo para su esposa, la receta es para tod@s vosotro@s, excepto para nuestro amigo Ilde... Eh?




Ingredientes:1 lata de pimientos del piquillo unas 10 unidades, 100 ml agua mineral, 50 gr azúcar, 1 pizca  de jengibre.
Tostadas de pan crujientes, queso crema. Unas hojitas de hierbabuena.

Elaboración: Poner en un cazo el agua con el azúcar. 
Sacar los pimientos de la lata y escurrirlos sobre papel de cocina. Una vez escurridos, cortarlos en tiras.

Hacer un almíbar con el agua y el azúcar, cuando empiece a espesar, añadir las tiras de pimiento e ir moviéndolas a fuego medio,  suavemente.
Cuando ya se estén caramelizando, añadir el jengibre y mezclar bien.

Una vez caramelizados, ponerlos sobre un plato hasta que se enfríen.
Preparar las tostadas, untarlas de queso crema y poner encima los pimientos confitados. 
Decorar con unas hojitas verdes y servir.

8 comentarios:

  1. Deliciosas!! te cojo un par de ellas para acompañar un vermutcito
    Un besito

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  2. No veas lo que me he podido reir hasta no poder mas con estos dichosos pimientos y tu pobre perro jijiji.Decirte que le dire a mi marido que no entre ni a la puerta de la cocina a ver si la lia también.Quedaron estupendos eso si .Bsssss

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    Respuestas
    1. Siiiii, Doris!!
      Yo me parto de risa cada vez que lo leo... y ya son unas cuantas, jejeje.
      Gracias wapa.
      Un besazo

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  3. Holaaa, jajajajajjaja, que panzada a reir, pobrecillo, él que quería sorprender....y lo hizo, vaya si lo hizo. Ay que risa. Los pimientos confitados van que ni pintados con el queso, y si es de cabra ya ni te cuento.
    Un besooo

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  4. Qué bueno jejeje un montón de despropósitos ehh jejeje Nada, que yo me llevo unas cuantas tostas de estas que tienen una pinta de lujo.

    besazos

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  5. jajajajaj unos pimientos con historia para la posteridad



    ¡¡besos¡¡

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  6. Cómo me he reído con las historias de Ilde, la receta fenomenal!! Te deseo un muy Feliz Año Nuevo querida Isabel, que tengas un gran año con mucha salud y trabajo. Un beso

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